Contrastes invisibles



Algunos estados se ponen la etiqueta de “país de contrastes”. Sin embargo, ninguno como la India para liderarlos de forma indiscutible. A las afueras de Udaipur, por menos de tres euros, pude disfrutar de la enorme piscina vacía de un hotel de cinco estrellas con cinco camareros a mi disposición. Mi única preocupación consistía en decidir entre un daiquiri helado y una cerveza marca Cobra o Kingfisher. Un lujo, vamos.

Pero entre los palacios de Jaipur y Udaipur del estado de los maharajás (Rajastán) se desperdigan miles de “miserables”: gente sin techo ni comida, apenas ropa y posibilidades de cambiar su situación. Al día siguiente de mi chapuzón cinco estrellas, me crucé con un grupo de cuatro niños que forma parte de esta bolsa de la sociedad. Iban tremendamente sucios y cargaban con un saco de esparto vacío, al más puro estilo Oliver Twist. Nos quitaron media Pepsi caliente que llevábamos entre las manos. Evidentemente, no opusimos resistencia. Al contrario, rebusqué en mi mochila y encontré un paquete de galletas del valor de apenas 6 rupias, otra miseria. Ellos consiguieron cuatro vasos de plástico para repartir un dedo de bebida en cada uno de ellos, lo más comunista que he visto en mi vida. Con esa cantidad tan mísera, se veían obligados a meter los dedos hasta el fondo del vaso para mojar su galleta en el líquido negro y pastoso, siempre con cuidado de no derramar una gota. Las moscas y los piojos, junto a una camiseta rota y, en el mejor de los casos, un pantalón roído (el pequeño no llevaba ni parte de abajo; tan sólo una cuerda negra atada a la cintura) eran sus únicas pertenencias. La niña del grupo llevaba un pendiente azul en su nariz y el pelo bufado. A ella le dimos el rotulador rosa. Y el líder, con su gorra amarilla, me pidió que le hiciera una foto para aparecer momentos después con otro amigo igual de pobre, también descalzo, que extendía su mano diciendo “chapati” con la mirada perdida. No hace falta hablar hindi para saber lo que pedía.

Niños de la calle que compiten con vacas, perros, ratas y cuervos por conseguir la mejor basura posible. Gente que no tiene nada y que dudo que algún día consiga algo mejor. Me extraña que no roben, yo en su situación ni me lo pensaría. Más que miserables son invisibles que contrastan con el lujo de haber nacido en otro continente, además de constituir una aplastante mayoría (dos tercios de la sociedad india vive con menos de 20 rupias al día, lo que equivale a menos de 40 céntimos de euro). Otra miseria más a añadir a la lista.

Comentarios

(^o^) ha dicho que…
Ay!
Sin palabras me he quedado, hermana.

Como educador, me duele leerte y me siento tan tan tan impotente ante este tipo de situaciones...

Se les ve tan desprotegidos y, a la vez, tan maduros... con una sonrisa de oreja a oreja. Tal vez son felices dentro de su propia tragedia. O no son conscientes de ésta pues no han conocido otra situación con la que poder comparar...

A veces siento lo mismo aquí en España, en el cole.
Sobre todo cuando "mis niños y niñas" se me revolucionan o están quejumbrosos y reacios a participar en las actividades de mis clases por pura holgazanería. Se me escapa entonces eso de "Ay! que sois unos quejicas! Si muchos niñ@s pudieran elegir vuestra vida...!. No sabéis lo bien que estais!"

Y no me contestan. En realidad no lo saben. No pueden.

Me doy cuenta que mis niñ@s, como los de tu foto, no conocen otra forma de vida. Son todavía muy nanos, inexpertos, carentes de experiencias vitales que llegarán con el tiempo. Y por eso no insisto con mis preguntas retóricas. Pues no obtengo respuestas. En todo caso, alguna que otra protesta.

Un abrazo del bró que te quiere.
kenita ha dicho que…
Hola pase por tu blog de pura casualidad lindas fotos y pues en serio me quede asi de woww con las pictures y pues todo en general de alla donde estas no me acuerdo en nombre jiji pero algo complicado por lo que vi es de la India y creo que no me quedare con las ganas de algun dia ir a conocer esos lugares pero no se si sean asi peligrosos y que idioma hablen en fin muy padre el blog..
Anónimo ha dicho que…
pues es una experiencia hermosa conocer culturas diferentes y aceptarlas y darse cuenta de que adonde quiera que vallas las cosas son como tu quieras que sean, me gusta su actitud positiva y humilde ante los retos de la vida y su mente habierta.

Entradas populares