“Profesora, también quiero aprender palabrotas”


Mis alumnos son muy divertidos. De entrada, me hace gracia tener alumnos porque nunca antes había dado clases en una universidad. Por primera vez, estoy del otro lado. Entro en clase y todos me saludan con respeto y ganas de escucharme. A mí! A veces pienso que yo no soy quién para enseñarles nada. Al seleccionar el material y los temas a tratar, ya estoy sesgando información e instruyéndoles a mi manera. Y hay tantas y mejores!

Volviendo a mi divertimento, dar clases aquí me encanta. La universidad de Delhi no tiene apenas tizas, ni fotocopiadoras, ni bancos, ni aires acondicionados. Si se va la luz, no tendremos ni ventiladores, imprescindibles para sobrevivir en cualquier aula (aunque cuando funcionan, hacen tanto ruido que obligan a forzar la voz). A cambio tiene cachorros de perros sin dueño alborotando el patio, un chiringuito cochambroso que hace las veces de bar-restaurante y un portero que se pasa el día sentado frente a un ventilador muy moderno que escupe agua. Dependiendo del día, tampoco faltará una vaca despistada.

Reshu, Aastha, Shweta, Gangeshwar, Harsha, Swati, Pritpal, Upasana, Satyapriya, Ashutosh, Radhica, Swaraj… Así hasta 50 alumnos que tengo en total, imposible aprenderme todos. Cuesta diferenciar entre nombres de hombre o mujer, por eso pasar la lista es un cachondeo. Por otro lado, a la que se le escapa la risa muchas veces es a mi, sobre todo cuando utilizan vocabulario del castellano antiguo o se despiden de mi con frases del tipo “hasta la vista señorita”, con semblante serio. Parecen que sólo lean libros de Quevedo y Cervantes. También es gracioso cuando me preguntan, “¿qué significa irse de la olla?”.

Tienen entre 18 y 23 años, pero a veces actúan de forma un tanto infantil, cosa que es normal teniendo en cuenta la represión sexual a la que están sometidos constantemente. En una redacción sobre gustos personales, un alumno me puso: “Yo quiero ser un hombre perfecto con la lengua española”. También me hacen la pelota diciéndome que mi clase es la más divertida de todas, por no decir de las invitaciones personales que recibes para ir a sus casas. Precisamente anteayer salió una noticia que destacaba la normalización de los sobornos en la comunidad universitaria. Quién sabe, igual me saco un sobresueldo en rupias…

Aquí puedes encontrarte con frases del tipo: “Soy el más alto de la clase. También pienso alto. Pero soy sencillo”, o “Me parece muy bueno señor Zapatero porque retiró las fuerzas armadas de Irak. Fue una simpática acción política”, o “También me gustaría aprender palabrotas, he oído que decís muchas”. A este último le contesté que no se preocupara, que tenía un monólogo de un tal Rubianes con el que aprendería muy mucho...
P.D. Foto con alumnas de mi asignatura Media (Medios de comunicación) en una exposición de fotos (donde conocí a las mujeres de los embajadores de México, Argentina y Perú. Jet Set in Delhi).

Comentarios

(^o^) ha dicho que…
jajaja
Qué gracia tu alumno el que quiere ser perfecto con la lengua (espaniola)! jajaja
Lo siento! No encuentro la enye en este teclado turco!
Unknown ha dicho que…
post, como de costumbre, corto pero conciso:
lo que yo hubiese dado por tener una profe como tú, nelle*

loveUso*

pd. este finde estuve con ana villellas.

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