El monzón y las estaciones

Tras su primer viaje a la India, el gran Kapuscinski (al que seguro mencionaré a menudo) intentó olvidarla: "Allí había saboreado un fracaso: su inmensidad y diversidad, su miseria y su riqueza, su enigma e imposibilidad de desentrañarlo me habían aplastado, apabullado y vencido". Ayer fui a la vieja estación de autobuses de Chandni Chowk a comprar un billete para irme hoy a Jaipur, Ajmer y Pushkar (Rajastán). Sin bancos, centenares de personas vivían en el suelo dejando pasar las horas, esperando un autobús en el mejor de los casos. Además estaba plagado de monos, que hacían lo que les daba la gana y donde querían. Bueno, eso lo hace mucha gente aquí: si quieren mear, simplemente bajan del rickshaw y lo hacen contra cualquier pared, en mitad de la calle. Si quieren ir contra dirección, pues también. Carpe diem, nadie te va a decir nada porque esto es lo más parecido a la anarquía (aquí no hay multas por incivismo, no funcionarían…). Casi una hora más tarde, cuando por fin di con el mostrador adecuado, no pude comprar ningún billete: nada de in advance. En esos momentos te das cuenta de que, cualquier acción, por normalizada que la tengas allí, se convierte en una auténtica odisea que te lleva horas aquí.
Tras mi primer fracaso, fui a la estación de New Delhi, esta vez de trenes. La noche anterior llovió durante horas, hasta el punto de que a las 5 de la mañana, Eli y yo nos tuvimos que levantar a achicar el agua que había inundado el comedor y amenazaba la habitación. Volvimos a dormir, pero cuando nos levantamos, otro tanto de lo mismo. Ha sido nuestro primer contacto con el monzón, que hasta ahora pensaba que sólo era un mito más de la India. Así que ya me imaginaba cómo estaría la estación: lo más parecido a un campo de refugiados, con gente viviendo al lado de las vías bajo "techos" formados de bolsas de basura o lonas de publicidad. Pero verlo es todavía más impactante: niños, ancianas, tullidos, lisiados, ciegos, y por supuesto ratas, perros y vacas. Todos vagabundeando entre vías, lodo, agua estancada. Y mientras tanto, buscavidas estirándote del brazo para que vayas a una supuesta oficina para timarte. Además, cuando crees que has entendido o conocido algo de aquí, ves que no, que esto es mucho más complejo que una simple explicación. Da la impresión de mutación y metamorfosis constante, no sé explicarlo. La cara amable del shock fue conocer a unvasco que viajaba solo, el primer extranjero que encuentro en Delhi, con el que estuve hablando un buen rato, compartiendo impresiones, decepciones y sorpresas.
"Pero, por supuesto, no olvidé la India. Cuanto más apretaba el frío, con mayor gusto pensaba en la calurosa Kerala; cuanto antes sehacía oscuro, tanto más nítida volvía la imagen de las deslumbrantes puestas de sol en Cachemira. El mundo ya no era inequívocamente gélido y nevado, sino que se había desdoblado, diversificado…" Acabo clases ahora y me voy al Rajastán!
Tras mi primer fracaso, fui a la estación de New Delhi, esta vez de trenes. La noche anterior llovió durante horas, hasta el punto de que a las 5 de la mañana, Eli y yo nos tuvimos que levantar a achicar el agua que había inundado el comedor y amenazaba la habitación. Volvimos a dormir, pero cuando nos levantamos, otro tanto de lo mismo. Ha sido nuestro primer contacto con el monzón, que hasta ahora pensaba que sólo era un mito más de la India. Así que ya me imaginaba cómo estaría la estación: lo más parecido a un campo de refugiados, con gente viviendo al lado de las vías bajo "techos" formados de bolsas de basura o lonas de publicidad. Pero verlo es todavía más impactante: niños, ancianas, tullidos, lisiados, ciegos, y por supuesto ratas, perros y vacas. Todos vagabundeando entre vías, lodo, agua estancada. Y mientras tanto, buscavidas estirándote del brazo para que vayas a una supuesta oficina para timarte. Además, cuando crees que has entendido o conocido algo de aquí, ves que no, que esto es mucho más complejo que una simple explicación. Da la impresión de mutación y metamorfosis constante, no sé explicarlo. La cara amable del shock fue conocer a unvasco que viajaba solo, el primer extranjero que encuentro en Delhi, con el que estuve hablando un buen rato, compartiendo impresiones, decepciones y sorpresas.
"Pero, por supuesto, no olvidé la India. Cuanto más apretaba el frío, con mayor gusto pensaba en la calurosa Kerala; cuanto antes sehacía oscuro, tanto más nítida volvía la imagen de las deslumbrantes puestas de sol en Cachemira. El mundo ya no era inequívocamente gélido y nevado, sino que se había desdoblado, diversificado…" Acabo clases ahora y me voy al Rajastán!
Comentarios
Ya veo que vivir allí es una odisea constante.
Y se quejaban del apagón de barna...
Disfruta de Rajastán y take care, please!
el bró que te quiere!
missing you so*
pd. vigila con tus tetas, que el otro día me dijo una amiga que acaba de llegar de la india que los tíos en el bus, tren y asís, se las tocaban por la face a la mínima que estuviese distraída.